El Calafate

27 de febrero – 1 de marzo

No sé si os suena este nombre. De hecho, es el nombre de una planta y su baya de color azul oscuro, que crece por Patagonia y Tierra del Fuego. Los marinos, a falta de cáñamo, la utilizaron para calafatear los barcos. De ahí su nombre. Dice la tradición, que el que come de él volverá a la Patagonia. Bueno, aquí es muy popular y se encuentra en mermeladas, helados e incluso en alguna cerveza. Yo lo he comido directamente de la planta, para verificar si la tradición se cumple.

Planta y baya de calafate

El Calafate se funda en 1927 para consolidar las pretensiones territoriales de Argentina sobre la zona. Os tenéis que imaginar la región, ocupada por inmensos glaciares que recorren la cordillera de los Andes de norte a sur durante unos 800 kilómetros. Estos glaciares proporcionan el agua a inmensos lagos situados a ambos lados de la cordillera. En la zona chilena hay poco territorio habitable, y la carretera principal, la ruta 7, se ve interrumpida varias veces por lagos y profundos fiordos. Hay que tomar muchos transbordadores si se va por la ruta 7.  El lado argentino está también ocupado por glaciares y grandes lagos, que se extienden hacia el este. Pero en cuanto se abandonan las estribaciones de la cordillera, apenas unos pocos kilómetros hacia el este, comienza la zona semiárida de la Patagonia. La humedad se queda en las montañas y el viento sopla, seco y con fuerza, hacia el Atlántico. Creo que ya lo he dicho en otra entrada del diario, pero esto es como los Monegros pero cien veces más grande. Lo que explica por qué la zona está tan poco poblada.

Volvamos a nuestro tema. El Calafate es la ciudad más grande de esta zona y actúa de punto de salida para visitar los glaciares de la zona, en especial el Glaciar Perito Moreno (a 80 km de distancia). Y este nombre seguro que os suena. Es uno de los glaciares más espectaculares del mundo y seguramente el más accesible de todos ellos. El circuito está muy bien montado, con pasarelas elevadas que minimizan el impacto ambiental en el suelo y permiten un acceso fácil. Yo me he enamorado de este glaciar. Me hubiera quedado horas observándolo. Pero Marita, después de hacernos todo el recorrido, dio que ya tenía bastante de ver hielo ☹.

Glaciar Perito Moreno. Si os fijáis bien, veréis un bloque de hielo desprendiéndose del glaciar.

El Calafate es una ciudad que vive del turismo, con una larga calle principal llena de tiendas y restaurantes. Está situada en la ribera sur del lago Argentino y tiene una bonita costanera, así como una reserva natural para aves. Os podéis imaginar la cantidad de fotos que he hecho.

Cauquén común (ganso) en el Calafate

También hemos visitado un museo de interpretación de glaciares (Glaciarium) y tomado un licorcito en el bar del establecimiento.

14 bajo cero, los vasos son de hielo

También visitamos unas cavidades con arte rupestre, Punta Walichu. Lo curioso del caso, es que se trata de una iniciativa privada que intenta proteger las pinturas desde hace apenas 10 años. Estas están bastante expuestas a la intemperie, con lo que han perdido mucho contraste. Además han sufrido bastante vandalismo. Hasta hace muy poco tiempo, no ha habido un trabajo de protección de este tipo de legado por parte de las autoridades. Pero bueno, más vale tarde que nunca.

Una figura humana y algo más

Y para finalizar, os cuento una anécdota. Nos fuimos a comer (almorzar le llaman por aquí) a las 14:30 a un restaurante que cerraba a las 15:00. Entramos por casualidad junto con otra pareja. Nos dieron una mesa y comimos bien. Cuando pensábamos que nos iban a preguntar por los postres, el camarero nos trajo la cuenta (también a la otra pareja) y nos comunicó que el restaurante ya estaba cerrado. Un poco raro, ¿no os parece?

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