14 – 16 de marzo
Nuestro objetivo ahora es Puerto Río Tranquilo, a apenas unos 170 km de la frontera, en la Carretera Austral (RN 7) y a orilla del Lago General Carrera (Lago Buenos Aires para los argentinos). Desde ahí se sale en barca para ver las llamadas Capillas de Mármol, un importante atractivo turístico de la Región de Aysén.

Tardamos otras 4 horas en llegar. La carretera de grava desde la frontera hasta la Carretera Austral, estrecha pero bonita, está en un estado aceptable, pero al llegar a la Carretera Austral, las cosas cambian. Mucho tráfico, especialmente camiones, una carretera (de ripio) ancha, pero en unas condiciones entre malas y extremadamente malas. Por el camino nos paramos a ver la confluencia entre los ríos Baker y Neff. El Neff tiene un color muy grisáceo, por llevar muchos sedimentos de los glaciares del norte. El Baker tiene un color turquesa muy bonito, por llevar en suspensión polvo de rocas (trituradas por un glaciar) y muy poco sedimento más grueso. El efecto de las dos corrientes de agua en la confluencia es digno de ver.

Tardamos una hora en recorrer los últimos 20 km hasta Puerto Río Tranquilo. Llegamos a nuestro destino pasadas las 7 y media, sin reserva de alojamiento. Esto siempre nos produce estrés y a veces discutimos por tonterías. Después de media hora de búsqueda (sin internet), encontramos un apartamento libre. Menos mal, ya nos veíamos durmiendo en el coche.
También conseguimos una reserva para el bote del día siguiente. ¡Hay que estar en el muelle a las 7:30 de la mañana! Eso es un pelo antes del amanecer. Nos han aconsejado que nos abriguemos bien y que llevemos guantes. Les hacemos caso y no nos arrepentimos. Hace un frío glaciar, que se acrecienta en la lancha rápida.

Hemos tenido suerte. La previsión meteorológica es buena y el viento no es muy fuerte. ¿Os he comentado que este lago es el 2° mayor de Sudamérica? Cuando el viento sopla fuerte, las olas que se forman son tan altas que es imposible salir con las lanchas. En general, el viento se calma antes del amanecer, e incrementa su fuerza a medida que pasa el día. Por eso hemos salido tan pronto.

Las Capillas de Mármol son unas formaciones naturales en mármol situadas en una zona del lago. Una preciosidad. Parece que no es común encontrar formaciones de mármol en el agua. El único inconveniente es que como ha llovido tanto los últimos días en la parte chilena, el nivel del lago está muy alto, con lo que las formaciones de mármol están parcialmente cubiertas de agua y no son tan espectaculares. Pero a nosotros nos da igual. El tiempo ha acompañado y lo hemos disfrutado.



Y volvemos a aprender algo sobre Chile. El Lago, y las formaciones de mármol son de propiedad privada. Por ello no es un Parque Natural con protección especial, sino un monumento natural con grado de protección “santuario de la naturaleza”. Los dueños del lugar toleran las actividades turísticas de los lancheros y, de hecho, no les ponen impedimentos a entrar con las lanchas dentro de las cavidades. Se pueden tocas las paredes de las cavidades. Lo único que protegen los lancheros son las estalactitas de los techos. Nuestro guía nos comentó que lo normal sería impedir la entrada de las barcas a las cavidades, porque éstas dañan las paredes. También nos explicó que esta maravilla sigue existiendo porque el mármol es muy joven (350 millones de años) y, por ende, muy blando, por lo que no sirve como elemento de construcción. En Chile no hubiera sido ningún problema destruir estas formaciones para la extracción del mármol.

Desde este pueblo también es posible hace una excursión al Glaciar San Rafael, el más impresionante de Chile. Según la información turística, se sigue por una pista durante 80 km hacia el este (que no aparece en Google) y allí se toma un catamarán, que viaja por el río Explorador hasta los fiordos y de allí, se pasa a la Laguna San Rafael, base del glaciar del mismo nombre. Pero por las fuertes lluvias de los días pasados, la pista estaba cortada y la excursión anulada. Nos dijeron que se podía llegar hasta el kilómetro 34 con paisajes bonitos y una cascada por medio.

Con el depósito bastante vacío pero suficiente para recorrer los 68 km de ida y vuelta, nos fuimos a ver la cascada. Había equipos reparando la pista, y nos permitieron seguir más allá del tramo cortado. Pensamos llegar hasta el final, al kilómetro 80. Desde el km cuarenta y pico, Google Maps ya no conocía la pista.


Llegamos al km 80 pero no vimos ningún catamarán, cruzamos un puente para vehículos ligeros y seguimos la pista. En el km 90 entramos en reserva. En el km 96 nos entró el canguelis y dimos media vuelta, sin llegar al final (cobardes que somos). La vuelta fue bastante estresante, tratando de frenar lo menos posible por una pista llena de baches. Al regresar al pueblo, nos dirigimos directamente a la estación de servicio. En un depósito de 80 litros, entraron 86. Sabemos que el depósito es un poco más grande de lo indicado, porque no es la primera vez que hemos repostado más de 80 litros, pero 86 es el récord. O lo que es lo mismo, nunca habíamos estado tan cerca de quedarnos tirados en un paraje sin tráfico, casi al anochecer y sin cobertura de móvil. Eso sí, el paisaje muy bonito.