7 al 10 de enero
¡Fantástico, increíble, espectacular!
Y eso que hay sequía y el río solo lleva 2/3 de su capacidad media (en promedio, el Iguazú triplica el caudal del Ebro).
Hace muchos años visité las cataratas del Niagara y me parecieron enormes. Bueno, en comparación con las de Iguazú son chiquititas. Ni siquiera las cataratas Victoria le hacen sombra. Las cataratas forman parte de la frontera entre Argentina y Brasil. El 80% de los saltos están en la parte argentina, pero las vistas más espectaculares se disfrutan desde el lado brasileño.
Vamos primero a visitar las cataratas desde el lado argentino. ¡Hemos conseguido una oferta especial en el Hotel Saint George! (****)
Malas noticias. Según me cuentan, los brasileños abrieron a finales de noviembre las compuertas de las presas río arriba y bajó tanta agua que se llevó por delante parte de la infraestructura de los senderos de la parte argentina. Total, que el circuito inferior está parcialmente cortado y el circuito a la Garganta del Diablo (el más espectacular) cerrado.
Nos decidimos a hacer una excursión en barca por el río, donde el objetivo parece ser volver totalmente mojado. Y cuando digo totalmente, es literal. Muy bonita la vista desde la barca, pero nos podríamos haber ahorrado las pasadas por debajo de las cascadas. En fin, como hace mucho calor, los pantalones se me han secado a media tarde.
A pesar de las restricciones, salimos muy contentos de la visita. Ahora toca disfrutar de la piscina.
