30 de octubre – 2 de noviembre
Nos vamos a quedar unos días en Cafayate, haciendo tiempo para que llegue el ventilador a Salta. De todas formas, hay mil razones para quedarse en este acogedor pueblo de montaña y una de las más importantes son los vinos de altura. Estas tierras son geniales para los vinos; arenosas y pedregosas, con pocos nutrientes, casi sin precipitaciones (se riegan cuando el enólogo lo considera necesario), muchísimo sol y la altura. Y precisamente por la falta de humedad y la altura, tienen muchos menos parásitos que las viñas de otros países.

Por aquí se cultiva la uva Torrontés, con la que se hacen blancos excelentes. También es muy común (en Argentina) la uva Malbec, con la que se hacen tintos muy ricos.

Hemos visitado el museo del vino antes de visitar las bodegas, que ha resultado ser muy educativo y su restaurante, que no podemos dejar de recomendar.

Hemos visitado tres bodegas, todas jóvenes y con producciones pequeñas (las bodegas en Argentina suelen ser jóvenes y no muy grandes, ya que la producción de vino de calidad se comenzó mucho más tarde que en Europa): San Pedro de Yacochuya, Domingo Molina y Piatelli, todas juntitas y cerca de Cafayate. Las catas que hemos realizado eran 6 vinos en cada bodega, a 75 cl. por copa que compartíamos Marita y yo, con lo que salíamos a 210 cl. de vino por cabeza y bodega. Unas cantidades aceptables.

Los vinos nos han gustado entre bastante y mucho, aunque los precios de algunos de ellos están muy por encima de lo que solemos gastarnos por botella. De todas formas, hemos disfrutado de las catas y de las visitas a las bodegas.
También hemos estado en los alrededores de Cafayate, en especial en la Quebrada de las Conchas. Esta última excursión la realizamos con guía, porque si no, hay cosas que te pasas de largo.


Además de mostrarnos las maravillas de la quebrada, nos ha explicado como consumir las hojas de coca para combatir el mal de altura. Lo más fácil es comprarse caramelos de coca (son muy flojitos), hacerse infusiones con las hojas o, ponérselas entre dentadura y moflete y dejar que la coca vaya saliendo poco a poco.

Me ha dado dos hojas para que pruebe. Tienen un sabor ligeramente amargo, agradable para mi gusto. A las dos horas se tiran porque ya han perdido la mayor parte de su sabor. Tienen un efecto ligeramente estimulante. Nos ha contado que algunos camioneros la usan para pasar largas horas al volante.

El es un gran consumidor y nos ha aconsejado no masticarlas ni tomarlas con bicarbonato (para extraer la coca más rápido y con más efectividad), costumbre muy extendida por el norte, porque el bicarbonato ataca a la superficie de los dientes.


Aquí hemos padecido la escasez de combustible. Estaciones de servicio con todos los combustibles agotados y largas colas en las que tenían algo. Y esto en un país que produce su propio petróleo. ¿Cómo es esto posible? Pues por los políticos. Estamos en la segunda vuelta de las presidenciales y el gobierno, para controlar un poco la inflación y el estado de ánimo popular, congela los precios de los carburantes a YPF (la mayor petrolera del país, de la cual el estado argentino posee el 51 % de las acciones) durante 15 días. YPF reacciona con una parada en la distribución de carburantes. Ergo, las estaciones de servicio se quedan sin combustible. El primero de noviembre, YPF puede volver a subir los precios (recordad que la inflación está disparada en estos momentos) y se reanuda la distribución, que tarda un par de días en normalizarse, dependiendo de la zona.

Nosotros repostamos diesel de grado 3 (el más caro) que es poco utilizado en Argentina. En algunas gasolineras te podías saltar la cola para repostar combustibles premium, pero en otras teníamos que hacer la cola como todo quisqui.

Hay que resaltar que la principal causa de las colas es el sistema de repostaje, exclusivamente con gasolineros que son además los que te cobran. Añade a esto el sistema de facturas, donde tienen que introducir al menos, el nombre, DNI y matrícula de vehículo y ya tenemos el sarao.
Esta ha sido una de las pocas veces que hemos podido dormir sin los conciertos perrunos. En su lugar, teníamos dos gallos, uno con potente voz y el otro afónico, que nos deleitaban con sus cantos a tempranas horas de la mañana. En Argentina y también en Chile, la gente encuentra normal que los perros anden sueltos por la calle, entren en los restaurantes (solos) y ladren toda la noche. Y hay muchísimos. Un verdadero paraíso para perros y amantes de éstos.
Hemos reservado cinco noches en Cafayate, hasta el jueves. El martes recibo un mensaje del taller que el ventilador ya les ha llegado. Les he pedido dos veces que me indicaran cuándo les iba a llegar y no me han dicho nada. Y ahora que tenemos el apartamento pagado hasta el jueves, me dicen sin previo aviso que ya les ha llegado. En fin, es lo que hay. Cafayate está a tres horas de Salta, con lo que no llego a entregar el mercedes el jueves por la mañana. Total, que concierto una cita para el viernes, con el riesgo de que no puedan terminar la reparación el mismo día y nos tengamos que quedar hasta el martes en Salta. No vale la pena estresarse, estamos de vacaciones.