16 – 17 de marzo
Salimos de Puerto Río Tranquilo por la famosa Carretera Austral hacia el norte. Los primeros 110 km siguen siendo de ripio (no asfaltados) y el paisaje bonito, pero yo no tengo tiempo para admirarlo. Las carreteras sin asfaltar y con tráfico son muy estresantes. No te puedes parar en cualquier sitio a admirar el paisaje y, además, si no se va ligero, se puede tragar mucho, pero que mucho polvo. Antes de llegar a Villa Cerro Castillo, comienza el asfalto, una carretera preciosa para amantes de las curvas.

Nos paramos en el correspondiente mirador y allí entablamos conversación con otros viajeros, entre ellos Vitin, un motero catalán y su acompañante. A veces me entra el mono motero, sobre todo por carreteras recién asfaltadas.

Habíamos planeado parar en Coyhaique, una ciudad de tamaño parecido a Vilanova, pero llegamos en el momento en que los críos salían de los colegios. Nos encontramos con muchos atascos, caos circulatorio y ningún aparcamiento libre en los alrededores de hotel que teníamos como objetivo. Así que, decidimos seguir viaje y buscar un alojamiento en un lugar más tranquilo. Acabamos en Villa Mañihuales, en una cabaña con un calefactor de leña. De madrugada se acabó la leña y por la mañana hacía mucho frío en la cabaña.

El coche, fuera, tenía los vidrios helados. Y como de costumbre, no hay cafeterías para desayunar. Acabamos en la gasolinera del pueblo, donde Marita se pudo tomar un café, pero sin leche. Para mí, nada.
Seguimos hacia el norte por paisajes preciosos, frondosos bosques, cañadas, cascadas y montañas. Queremos pasar por el Parque Nacional Queulat para hacer una caminata al mirador del glaciar. Desafortunadamente, las entradas no se venden en el Parque, sino que hay que comprarlas anticipadamente por internet. Dada la maravillosa cobertura de las redes de telefonía en estas zonas aisladas de Chile, es una tarea imposible. Bueno, tal vez haya sido positivo no poder acceder al Parque. La entrada es carísima para extranjeros y los comentarios en las redes bastante críticos.
Comemos en Puyuhuapi, una población turística bonita a orillas de un fiordo en la cercanía de los Parques Nacionales Queulat e Isla Magdalena. Para nuestra sorpresa, la comida es excelente y el precio razonable.

Seguimos la carretera Austral hasta llegar a Villa Santa Lucía, donde nos desviamos hacia la ruta 235 en dirección al Paso Futaleufú. Seguimos rodando por frondosos bosques, que muchas veces nos impiden ver los lagos y montañas que nos rodean. Cruzamos a Argentina sin complicaciones y pernoctamos en Esquel.